divendres, 3 de juliol del 2009
Lecturas fundamentalistas de la Biblia
Cuando hablamos de fundamentalistas y fundamentalismo inconscientemente nos vienen a la cabeza los excesos (a veces incluso sangrientos) de algunos grupos o personas relacionadas con el Islam, a partir de una lectura literalista del Corán. Aunque es de justicia precisar que Islam y fundamentalismo no son dos expresiones intercambiables; de hecho, la mayoría de musulmanes no se sienten identificados con estos grupos.
Algunos también reconocerán las lecturas fundamentalistas –en este caso ya en el mundo bíblico– en un movimiento dentro del protestantismo del siglo XX, iniciado en Estados Unidos, que abogaba por una lectura «literal» de la Biblia. Ésta forma de lectura encontró (y encuentra) muchos adeptos en ciertos sectores protestantes, en muchas sectas y, también, en algunos grupos católicos.
«La lectura fundamentalista parte del principio de que, siendo la Biblia Palabra de Dios inspirada y exenta de error, debe ser leída e interpretada literalmente en todos sus detalles.» Así la define el documento «La interpretación de la Biblia en la Iglesia», de la Pontificia comisión bíblica.
Estas lecturas no tienen en cuenta los diversos géneros literarios o los diferentes contextos en que se escribieron cada uno de los libros de la Biblia: literario, histórico, cultural, sociológico, antropológico, etc. Rechazan, o les produce cierta «alergia», el empleo del método histórico-crítico o de cualquier otro método o acercamiento científico a la Escritura. Olvidan, como señaló el concilio Vaticano II, que la Palabra de Dios está expresada en un lenguaje humano y escrita por autores humanos inspirados, pero condicionados por su historia y su cultura, y, por tanto, con capacidades y posibilidades limitadas. Afirmar esto no está reñido con admitir la inspiración de la Biblia y que lo contenido en ella es Palabra de Dios.
Cada vez se hace más necesario que la Biblia sea conocida, estudiada, meditada, orada, amada por el Pueblo de Dios. Permitirme que cite otra vez el documento de la Pontificia comisión bíblica: «El acercamiento fundamentalista es peligroso, porque seduce a las personas que buscan respuestas bíblicas a sus problemas vitales. Puede engañarlas, ofreciéndoles interpretaciones piadosas pero ilusorias, en lugar de decirles que la Biblia no contiene necesariamente una respuesta inmediata a cada uno de sus problemas. El fundamentalismo invita tácitamente a una forma de suicido del pensamiento. Ofrece una certeza falsa, porque confunde inconscientemente las limitaciones humanas del mensaje bíblico con su sustancia divina»
El estudio de la Palabra de Dios hoy en día ha de ser una prioridad para todo creyente y para las comunidades eclesiales. Reconocer en los textos bíblicos toda su riqueza cultural y literaria también ayuda a descubrir a un Dios que se revela, que se abaja a nuestra forma de hablar y de entender. En la Biblia encontraremos situaciones y personas que interpelan nuestras vidas y las de nuestras comunidades; pero no «recetas mágicas». Apelan a nuestra responsabilidad, a nuestra libertad…, que nada ni nadie tiene derecho a secuestrar.
Autor: Javier Velasco Arias
http://humano.ya.com/javier-velasco/
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Creo que con la biblia funciona a la perfección el círculo hermenéutico de Heidegger : nos acercamos a ella por una comprensión-idea-conocimiento-intiución- previo, y en la medida que la conocemos, más la amamos, y cuánto más la amamos, más la conocemos.
ResponEliminaPor eso me gusta mucho , cuando dices que cada vez se hace más necesario que la Biblia sea estudiada,meditada, orada ( Y SOBRETODO ) amada, por el pueblo de Dios.
Un abrazo
Glòria Vendrell i Balaguer